Que te pegas a las sábanas, levántate. Ven que te peino… que no, que no te tiro… tú no te muevas. Coge bien la cuchara. Así no, cógela bien. Con la derecha. Acaba que no llegas, pero mastica, no engullas. ¿Te has lavado los dientes? ¿Lo tienes todo? Vamos, aprisa.
¿Cómo se entra en clase? Sal y vuelve a entrar, pero hazlo bien. Sin hacer ruido, no arrastres los pies, no arrastres la silla. Saca el libro, ábrelo por la página treinta. Lee. Atiende. Calla. Agarra bien el lápiz. Con la derecha. Lee. Atiende. Calla. Sal a jugar. Sin arrastrar la silla, sin arrastrar los pies.
Has perdido, ya no juegas más.
Y ahora silencio. Separa la mesa, sin arrastrarla. Esto es un control, que es distinto a un examen (pero igual de malo). Responde estas preguntas sin salirte del espacio. Escribe bien, que yo lo entienda. No hables ni mires a tu compañero. Como sigas así vas a ser la peor de la clase. Es la hora. Mal, mal, mal. Tú no aprendes nada. No estudias, no atiendes, no te callas. Si no te portas bien, luego no te dejo dibujar.
¿Que has suspendido? Te quedas sin tele. Como sigas así, no serás nada en la vida. No protestes, a estudiar. Y luego te pregunto la lección. Siéntate bien. ¿Ya has acabado? Pues tómate la leche. No sorbas. Los dientes. A dormir. Apaga la luz que mañana tienes cole.
No sé de qué te quejas, ya verás cuando tengas que trabajar.